El mundo esmeralda

Un avance del próximo libro de Daniel de Wishlet

Capítulo 1

Era una tarde lluviosa de otoño y me encontraba caminando por las calles de la gran ciudad. Observaba todo a mi alrededor, pues siempre me gustó disfrutar de la lluvia, aunque fuera sobre el asfalto. El gris era el color predominante debido al cielo nuboso y al cemento. Había personas y coches por todas partes, la mayoría con prisa, como suele suceder en las grandes ciudades. Sin embargo, yo andaba despacio, con calma, saboreando el momento…

Rodeado de paraguas cruzaba una calle cuando, por cosas del destino, mis ojos se fueron a posar sobre una anciana que pedía limosna a la entrada de unos grandes almacenes. Ahí se resguardaba de la lluvia como podía, protegiéndose del frío entre mantas y periódicos. Vestida de negro, extendía su mano a cuantos entraban y salían apresurados del edificio.

La mayoría pasaba a su lado sin apenas mirarla, pero a mí me conmovió la escena, así que me acerqué.

Le saludé con una sonrisa en mis labios y en ese preciso instante nuestros ojos se encontraron, quedándome lleno de su dulce mirada. Absorto, como estaba, me disponía a buscar en los bolsillos algo para darle, cuando fue ella la que se adelantó a mí con las siguientes palabras:

—¡Lo que tanto has estado buscando, aquí lo tienes!

Me quedé sorprendido: ¡era ella la que estaba ofreciéndome algo a mí envuelto en unos papeles de periódico!

Sin saber de qué se trataba, lo cogí por cortesía.

—¿Qué es? —le pregunté.

—¡Ábrelo! Lo que te encuentres será tanto para ti como para todos…

Desenvolví con cuidado las hojas de periódico, descubriendo entre mis manos un libro brillante, como si tuviese luz propia. Sus tapas eran de un material dorado reluciente, y sus páginas estaban escritas con tinta también dorada, con una caligrafía tan bella que parecía ser de los mismos ángeles del cielo.

En ese momento me preguntaba qué es lo que me había dado, y sobre todo, cómo podía saber ella lo que yo buscaba en la vida.
Tan fascinado estaba con lo que tenía ante mí que me olvidé de lo que había a mi alrededor. No sé cuanto tiempo pudo transcurrir, pero cuando mis ojos volvieron a la anciana para pedirle una explicación, ella ya no estaba allí; ni tan siquiera quedaba rastro alguno de las mantas.

Me apresuré en volver a mi casa.

Una vez ya en ella me dispuse a examinarlo con más detenimiento. El “libro” (por si de alguna forma así se le podía llamar) estaba dividido en cuatro partes, cada una con su correspondiente título. Pasando detenidamente las páginas me fijé en un curioso detalle, y es que sus  tonalidades iban variando suavemente, de tal forma que el colorido que predominaba en cada una de las partes era distinto al de las demás. Las páginas de la primera parte eran rosadas y verdes, mientras que las de la segunda tenían un color dorado y violeta. En la tercera predominaba tanto el dorado como el rosa, y las de la cuarta pasaban a ser de un azul y verde brillantes. ¿Tendría esto a alguna simbología especial?

Todo esto era muy extraño, y no sólo por la belleza de lo que tenía ante mí (algo que nunca había visto antes), sino también  por las palabras de la anciana:

—Lo que tanto has estado buscando, aquí lo tienes… Lo que encuentres será tanto para ti como para todos…

En ese momento caí en la cuenta de que uno de mis mayores deseos era hacer un mundo mejor. ¿Sería esto a lo que se referiría?

No pude esperar más y comencé a leerlo…

continuará…

¿Te ha gustado?

«El mundo esmeralda» estará muy pronto disponible. Mientras, puedes mantenerte en contacto con Daniel de Wishlet en su Facebook para conocer todas las novedades sobre su obra.

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